Después de un largo día de trabajo, no hay nada como regresar a casa.
Después de un largo día de trabajo, no hay nada como regresar a casa.
Después de un día de perros, no hay nada como regresar a casa.
Allí donde todos los malos rollos desaparecen.
Allí donde cada pensamiento negativo se puede transformar.
Allí donde todo se ve con claridad. Allí donde nos sentimos seguros.
No hay nada como volver a la calidez del hogar, HOGAR DULCE HOGAR.
Nuestro refugio siempre.
Y es que ya lo dijo Dorothy: «Se está mejor en casa que en ningún sitio».
Muchas gracias, Marta, por dejarnos enseñar tu hogar. Disfruta de tus banderines de ganchillo.
¿Sabes que Yo también tengo ese mueblecito de estilo colonial en mi salón?
El mismo que el de Marta.
:)
Vaya, ¡qué casualidad! Se lo diremos a Marta, que es amiga nuestra.
Un abrazo